¿Sales a carretera sin mirar siquiera como está tu moto? ¿Vas tan sobrado que ni tomas unas mínimas precauciones para mantenerla en buen estado? ¡Eres un candidato a tener unos problemas que podrías evitar fácilmente!
¿Te has ido «acostumbrando» día a día no revisar tu moto, y te has ido haciendo a que sea un auténtico desastre? Para evitarlo, lo primero, haz propósito de enmienda, y revisa semanalmente las presiones de los neumáticos. Siempre en frío y con un manómetro fiable, los «mamotretos» de las gasolineras mienten más que un portavoz político. Uno digital cabe en el bolsillo y es perfecto. Evitarás el rodar «remolón» en los giros, la poca precisión de dirección, y la falta de estabilidad en curva. Muchos de los problemas de «la moto» se resuelven así de fácil.
Comprueba, a menudo, la holgura de dirección: sube la moto al caballete central, cargando un peso atrás o subiendo a alguien, de modo que la rueda delantera quede al aire. Comprueba que la dirección gire libre y sin frenos o resaltes. Tira del eje de rueda, agarrándolo con las dos manos, hacia delante y atrás para comprobar que la dirección no quede suelta (serpentearía) o con golpeteos (vibraría en frenada), o demasiado dura por causa de unos rodamientos gripados o sin engrase (la moto «no gira»).
Vigila que el tacto de frenos sea constante. Si tiene aire en el circuito, quedará esponjoso y se hundirá hasta tocar con el puño, dejándote sin potencia en caso de necesidad. Un vistazo al ojo de buey de la bomba es imprescindible.
Comprueba antes de arrancar tu moto cada mañana sobre pérdidas de líquidos de freno, refrigerante o de aceite que puedan provocar una caída sobre tus propios pasos… No olvides ajustar los mandos: el del acelerador no debe tener más de un mm de juego muerto, la posición de las manetas debe casar cómodamente con los dedos, y la de los pedales… ¡ir como un guante! Comprueba que el kit de transmisión (cadena, corona y piñón) no tenga demasiado juego al acelerar o frenar por estar desgastado.
Suspensiones
Dedicaremos unos capítulos específicos a las suspensiones. Pero lleva a revisar tu moto si hace topes de horquilla o amortiguador, y también si ves que las suspensiones no tienen frenado o retención hidráulica y son ya «sólo un muelle».
Recuerda que:
1 Podemos tener la mejor moto del mundo. Pero sí los neumáticos están mal de presión «perreará» como un caballo cojo.
2 Los rodamientos de dirección en mal estado pueden ser responsables de falta de precisión de dirección, de agitaciones en frenada, de que la moto «no gire»…
3 El control del correcto estado del circuito de frenos y el suficiente grosor de sus pastillas es fundamental para una conducción segura.
Fallos habituales
*Ir acostumbrándose a que tu moto se haya convertido en un «cepo» por falta de mantenimiento.
*Pensar: «total, si no corro, da igual que tenga pocos frenos».
* Creer que incluso en una situación de apuro tu pericia puede compensar que tu moto esté mal.
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