Llueve, tras los cristales llueve y llueve… Pero si no puedes evitar conducir con agua, tómatelo con «deportividad» y piensa que, ante todo, debes tomar precauciones.
Como decíamos la semana pasada, lo mejor es no rodar atenazados por el miedo o el hastío. Procura evitar maniobras bruscas, mantén la moto vertical y no frenes ni inclines demasiado «rompiendo el agarre disponible».
Relájate y tómate tu tiempo en ir acompasando tu ritmo. Para ello ir bien equipado es vital, no sólo porque te evita mojarte, sino sobre todo porque mejorará tu visibilidad (pantalla de casco no empañada, por ejemplo…), y porque te permitirá poner toda tu atención y concentración a tu conducción.
Más allá de los consejos que dábamos la semana pasada, recuerda que a la hora de frenar, sobre todo en el delantero, debes hacerlo en «dos tiempos», da primero un ligero apoyo sobre la maneta o pedal para tantear el agarre disponible y para «hundir» ligeramente la horquilla delantera de modo que se produzca cierta carga de peso –y con ello aumente el agarre- en la rueda delantera.
Sólo entonces podrás o deberás empezar a apretar más en serio la maneta. Descubrirás que, sobre todo cuando lleva ya un buen rato lloviendo y el propio agua ha eliminado las suciedades disueltas, el agarre es mayor de lo que parece. Usa también el freno trasero para comprobar la adherencia disponible dando primero ligeros toques hasta su bloqueo…
No está de más que pruebes a hacer algunas «eses» a baja velocidad o a acelerar un poco fuerte para romper el miedo y aumentar tu confi anza. Muy importante en las motos de nueva generación.
Si ya en seco es muy recomendable que tu moto disponga de ABS, en mojado puede representar un margen de seguridad añadido que en el siglo XXI se antoja casi imprescindible: un buen ABS de última generación consigue distancias de frenado en mojado apenas superiores (a 100 por hora las frenadas ¡se alargan sólo unos 2 metros!) a las de suelo seco. Encargar el ABS como opción, incluso en una superdeportiva, es precisamente ¡la mejor opción!
Recuerda que:
1 Por poco que quepa, bajo el asiento de tu moto o en tu mochila, lleva siempre un traje de lluvia.
2 La lluvia es una situación incómoda, pero debemos conducir con confianza, firmeza… y delicadeza.
3 Los compuestos «racing» de las versiones más deportivas, necesitan temperaturas altas que no lograrás bajo la lluvia.
Fallos habituales:
- Empeñarse en seguir usando la pantalla ahumada (o en tan mal estado que impida la visión) en vez de cambiarla por una clara y con tratamiento antivaho.
- Ser demasiado optimista con el agarre real disponible, y no tantear el agarre real del asfalto.
- Usar el freno como en seco, de golpe y porrazo, en lugar de frenar suave y en dos tiempos para evitar caídas en entrada en curvas: una ligera presión primero para apretar con mayor decisión después.
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