Aunque a veces «La experiencia nos enseña que la experiencia no sirve para mucho», acumular kilómetros es la única manera de prever o incluso llegar a intuir y poder actuar en consecuencia ante determinados imprevistos.
Sé que entro ahora, tras tantos capítulos de nociones concretas, en terrenos movedizos. Y que voy a hablarte de conceptos intangibles.
Pero la intuición, efectivamente, se activa gracias a la práctica y ésta provee la experiencia que te hace acumular un poso en tu inconsciente que te permite no sólo reaccionar, sino incluso, y permíteme la expresión, «oler» casi sin saber por qué «el problema» justo antes de que se produzca.
Desde luego, nada puede enseñar a tu propia experiencia más que tú mismo, acumulando kilómetrosen moto. Nada puede enseñarte a «intuir» salvo tu propia percepción, pero aquí van unos consejillos que, espero, sean una especie de atajo.
¿Es sólo pura intuición lo que nos hace cortar un poco o buscar una trayectoria más defensiva al entrar en un viraje cuando la carretera abandona la solana para adentrarse en la parte sombría del puerto de montaña que estás recorriendo?
¿O es que tras tantos kilómetros en moto (ya sabes) que en la «zona oscura» de este precioso tramo puede haber humedades producto del rocío o de la lluvia de la noche que aún no ha secado?
¿Es pura suerte que hayas intuido, al apercibirte de cómo es la orografía del tramo que estás recorriendo, que nos acercamos a un «valle» y que es muy probable que las curvas de tercera-cuarta que tan gas a fondo estás pasando se vean rotas por un garrote ciego de primera?
¿Es sólo pura intuición ponerte a la derecha de tu carril al acercarte a un rasante para ver llegar a un coche adelantando prohibida y peligrosamente por él? Quizás, pero dejará de serlo, y será ya verdadera experiencia, si esta misma precaución la tienes siempre a partir de ahora.
Fallos habituales:
- No mantener siempre una concentración rayana en la obsesión para prever que siempre se puede producir un imprevisto, y circular despreocupadamente, sobre todo por terreno desconocido u hostil.
- No adecuar del mismo modo el ritmo y velocidad para guardar un margen que permita responder con garantías.
- No hacer caso a las señales de tráfico o a la repentina existencia de guardarraíles: si los hay, puede acercarse el ¡peligro!
- Despreocuparse de que los cambios de asfalto puedan ocasionar cambios en la adherencia.
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