Aunque representan, según el estudio MAIDS, un importante 6% de los accidentes de moto, buena parte de los que se producen «entre un coche y una moto» son «alcances» o choques por detráscuando una moto «choca» contra un automóvil.
Aunque en esta estadística no están explícitos los «alcances» en los que un coche «arrolla» a una moto correctamente detenida, -ya indicamos que lo mejor para prevenirlo en los semáforos y stopes aparcar «al lado derecho» de tu carril en lugar del centro de la calzada para «dejarles espacio si se detienen tarde o nunca»- hay un porcentaje no desdeñable de incidentes en que «nos comemos» un coche cuando éste se detiene «de golpe» -y nunca mejor dicho- y nosotros «no tenemos tiempo».
Piensa que un cuatro ruedas, aunque pesa más, tiene eso, cuatro puntos de agarre de neumático, mientras que nuestra distancia de frenado se verá comprometida por la reducida sección de goma en contacto con el suelo y, casi siempre, porque el vehículo que nos antecede y frena, nos impide unavisión-reacción rápida ante el imprevisto.
Ya hemos comentado que ante un cruce es precisa una notable reducción de velocidad, pero si se circula «en caravana» inmediatamente detrás de otro vehículo, debes mantener e incluso aumentar una distancia de seguridad «que te impida leer las letras de las pegatinas» del coche para evitar convertirte en una de ellas.
En segundo lugar, te aconsejo circular igualmente hacia un lado, casi en tres cuartos, pero evitando entrar en su campo muerto de visión lateral-trasera, previendo una trayectoria que nos permitirá realizar una maniobra de escape y pasar entre carril, evitando, además, que si el coche que viene detrás no tiene tiempo ni espacio para frenar, nos convierta ¡en un bocadillo de motorista a la plancha! Por un lado del coche, o por el otro, ¡nunca apuntando a la matrícula!
Fallos habituales:
- No respetar la debida distancia de seguridad. Para establecerla, piensa que a «tu mejor frenada» debes añadir un tiempo de reacción que puede llegar al segundo.
- No circular previendo una vía de escape entre carriles, por un lado o por el otro, cuando se circula «en caravana».
- No prever que en las zonas de detención puede haber manchas de aceite o gasóleo.
- No reducir nuestra velocidad ante un cruce, y frenar sobre líneas blancas.
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