Además de los cambios de carril, los reyes de los puntos negros en ciudad son los alcances y loschoques en cruces, ya sea con semáforos o no. Empecemos a tratar este tipo de incidentes…
Vas en tu fila, tranquilamente, pero por delante de ti circula una furgoneta que te impide la visión de tu carril. De repente, justo por delante de ella, a un automóvil se le ocurre detenerse de golpe por la razón que sea, o simplemente el tráfico en general obliga a detener la hilera.
En caso de que ocurra esta frenada imprevista, debes evitar sobre todo, claro, ¡no tener tiempo para frenar!
Recuerda antes de nada que las distancias de frenado para las motos, y más sobre terrenos dudosos, sucios o con rayas horizontales, son lógicamente más comprometidas que para los coches, que tienen en sus neumáticos cuatro grandes zonas de agarre para transmitir al suelo su potencia de frenado, además de que ahora la gran mayoría tienen ya ABS.
Muy importante: nunca debes circular «mirando», sino «fi jándote», y con los dedos prestos sobre la maneta y el pie sobre el pedal para ganar una décima de segundo en tu reacción que puede ser decisiva. La segunda regla de oro: «no bailes pegado», deja la distancia mínima de seguridad para evitar convertirte en pegatina de un capó trasero.
La tercera regla de oro: mientras circules en fila, ve previendo de manera contínua un «carril de huida» a un lado o a otro para poder escapar por él en caso de stop imprevisto… Y, para terminar, debes evitar no sólo «darte contra el de delante».
También que te ¡alcancen a ti! Evita parar a escasos centímetros del parachoques delantero y exhalar un suspiro de alivio, ¡mientras escuchas el chirrido de una frenada de pánico del coche que viene detrás y que pueda dejarte como un bocadillo! Ve mirando por el retrovisor y, sobre todo, frena siempre hacia un lado de modo que «metas la nariz» en los carriles.
Semáforos
Parece curioso como el «mecanismo semafórico» varía de ciudad en ciudad. En Madrid, «ámbar» sigue significando «verde»: así, como siempre siguen pasando coches «retrasados», nadie sale antes de hora y se espera al verde para arrancar. Frenar ante un ámbar significa que te «dan por atrás… y ¡por tu culpa!».
En cambio, en «las Barcelonas» ocurre curiosamente lo contrario: «ámbar» signifi ca «rojo»: pero como los coches se detienen «como toca» en los cruces, muchos motoristas han adquirido el peligroso hábito de arrancar aún en rojo, antes de hora, con la simple visión del parpadeo del verde del peatón a punto de cruzar (ámbar para coches).¡Ni una cosa ni otra!
Fallos habituales:
- No prever la inmediata detención del vehículo que nos precede, y no tener preparado un plan de escape por alguno de sus lados.
- No adivinar posibles aperturas de puertas para salir del coche.
- Circular en el ángulo muerto de visión de los coches, tres cuartos trasero, y no prever la falta de visión por unos cristales empañados.
- No adivinar o predecir posibles maniobras de peatones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario