Lo más poderoso de tu moto no es el motor. Son… ¡los frenos! Saber usar su potencia es vital. Empezaremos con “frenadas en recta”. Nunca sabrás cuánto frena de verdad tu moto sin probarlo antes. Si en otras maniobras solucionar los imprevistos resulta trascendente, en caso de frenadas de emergencia la pericia es capital. Aún más que en los anteriores ejercicios, ¡mejor que sobre prudencia que no que falte!
Freno trasero
Si frenas sólo de atrás la moto no se amorra. Al contrario, si tiras del freno delantero, se produce transferencia de carga: el eje posterior tiende a levantarse, su neumático pierde peso y, por tanto, también agarre. En una recta despejada, a media velocidad, intenta “clavar” la rueda trasera con una decidida presión al pedal hasta sentir la rueda trasera derrapar ligeramente… para soltar inmediatamente después y recuperar adherencia. Si haces lo mismo, pero usando también el freno anterior para hundir la horquilla, verás que el bloqueo trasero es más evidente… pero también más fácil de controlar.
Freno anterior
“Bloquear” de delante al practicar es delicado. Así que limítate a tener la “sensación” de que te acercas a ello. Si “tiras” de golpe y de manera violenta, sobre todo en una emergencia, bloquearás la rueda delantera al no haberse producido aún la necesaria transferencia de carga hacia el neumático anterior, algo que incrementará su agarre. Aplica primero una presión suave que lo consiga, y sólo entonces incrementa la presión en la maneta. Controlando, claro, tanto su tendencia a bloquear como “a la picota”.
Cuerpo retrasado
Al frenar delante, tendemos a abalanzarnos sobre el manillar. Esto aumenta la tendencia de «volcar en picota» y deslastra la rueda trasera hasta el punto de bloquearse fácilmente. Evítalo manteniendo los brazos ligeramente estirados y echando el culo un poco atrás…
Al frenar delante, tendemos a abalanzarnos sobre el manillar. Esto aumenta la tendencia de «volcar en picota» y deslastra la rueda trasera hasta el punto de bloquearse fácilmente. Evítalo manteniendo los brazos ligeramente estirados y echando el culo un poco atrás…
Cuando se transfiere carga a la rueda delantera, la cantidad de goma en contacto con el asfalto llega ¡a triplicarse! Ello permite frenar con seguridad hasta el punto que, en las MotoGP, el límite no está en la potencia de los frenos o el agarre disponible… ¡sino en que la moto vuelca!
“Panic braking”
En caso de frenada de emergencia, llevar bien las presiones es decisivo. Pero lo es aún más tener el temple preciso como para que tu cerebro actúe de «ABS» natural, frenando lo máximo posible pero sin llegar a bloquear… En este momento decisivo aprovecharás como nunca lo que hayas ejercitado antes.
Aunque la mayor deceleración se obtiene usando prioritariamente el freno delantero (es por ello que se montan grandes discos), es mejor combinar ambos mandos convenientemente. Un buen truco es pisar ligeramente el freno posterior (así se “agacha” el tren trasero), justo un instante antes a tirar de maneta. Así reduce la violencia de la transferencia de carga hacia la horquilla, y con ello la tendencia de la moto a levantar el culo y a perder agarre atrás…
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