domingo, 24 de noviembre de 2013

Curso de manejo. Motonetas

En el capítulo anterior tratamos de cómo acompasar el uso del motor y del cambio en una motocicleta. Pero los scooter no tienen cambio…

Es verdad que los moteros, como en el chiste, decimos aquello de que «me encanta montar en moto para cambiar mal de marcha: hacerlo bien… ¡tiene que ser la monda!» Pero muchos de nosotros nos movemos en un scooter dotado de variador, o sea que podemos olvidarnos de esa palanca de la izquierda y pensar en aprovechar mejor el freno trasero al usar la maneta. El uso del scooter no es ya solamente urbano, ni siquiera sólo de «commuters» (del inglés, «los que se desplazan a diario para ir a trabajar en entorno ciudadano»). Los grandes scooter tipo TMax han alcanzado tal nivel de efectividad incluso en carreteras con curvas que bien conducidos pueden poner en aprietos a motos deportivas con cambio.

Pero empecemos por el principio. Muchos conductores de coche se han pasado a un scooter de 125 sin tener que superar un examen. Ahí van unos consejos previos por si crees que «con saber montar en bici ya está»… Importante: Antes de meterte en ciudad, ve a un espacio o carretera despejada: practica a arrancar y, sobre todo, a abrir y cerrar el acelerador sucesivamente cada 10 metros para «interiorizar» el «cortar gas»: no serías el primero que en un susto se queda con el gas a fondo frenando… Después, practica a detenerte en el lugar adecuado: primero con un freno, luego con el otro. Para terminar, da vueltas en círculo y luego en ochos, alternando con «frenadas insospechadas» para memorizar la respuesta inmediata.
Otro ejercicio: Acelerando a fondo, un scooter sale con facilidad tan o más rápido de los semáforos que una moto, que debe ir cortando gas y modulando el embrague. Pero es bueno «controlar», con el gas, el punto preciso y la manera en que el conjunto variador-embrague ofrece propulsión, para evitar sorpresas.

Recuerda que:
  1. Las ruedas son pequeñas, así que tienen mayor sensibilidad ante los rizados y los defectos del asfalto.
  2. Los recorridos de suspensión de un scooter son igualmente cortos, y muchas veces, las suspensiones de calidad sólo comercial: ¡cuidado con los baches!
  3. No tienes retención del motor, de modo que debes confi ar únicamente en la potencia y regulación con que aprietes los frenos.
Echando el ancla

Cómo frenar sin el apoyo de la retención de motor? Un scooter lleva ruedas pequeñas, de 13”, 14” o 15”, de modo que es bajo y alargado, y su c.d.g total queda igualmente poco elevado. Ello implica que se produce menor hundimiento delantero que en una moto al frenar. El tren trasero tiende a descargarse menos también, así que puedes usar más el freno posterior que en una moto, al disponer de más peso y, por tanto, un agarre algo mayor atrás. Ello no signifi ca que la potencia efectiva de la frenada deba confi arse más al freno trasero, al contrario: el delantero sigue siendo el más importante a la hora de parar la moto rápidamente. Aprovecha el mejor tacto que ofrece la maneta de freno trasero.

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