Convivir con el tráfico de una ciudad requiere un especial cuidado en nuestra conducción, somos más vulnerables y la prevención y anticipación serán nuestras mejores armas. Aprovecha que eres más ágil, no pierdas de vista todo lo que te rodea y no subestimes las distracciones de los demás.
REGLAS DE ORO:
-Aprovecha tu altura para mirar lejos y anticipar tus movimientos.
-El asfalto está lleno de trampas, mucho ojo con pintura deslizante y alcantarillas.
-Mantén siempre la concentración, que una sorpresa no te pille desprevenido.
-Aumenta la distancia de seguridad, los alcances son los golpes más comunes en ciudad.
-Las rotondas no son curvas, trázalas correctamente.
- Cuida tus movimientos pero también los de los demás, vigila lo que te rodea.
LA MIRADA. Circulando en moto tienes la ventaja de estar sobre todo lo demás, puedes ver por encima de los vehículos que te preceden y adelantarte a posibles imprevistos. Aprovecha esta facilidad y no pierdas detalle de nada, por delante y por detrás, a qué distancia están los demás y qué hacen los peatones, mantén una mirada «periférica», mirando por dónde vas pero siendo consciente al mismo tiempo de todo lo que te rodea.
TRAMPAS URBANAS. Muchas ciudades están lejos de ser un hábitat pensado para las motos. Desde los pasos de cebra y señalización horizontal con pintura deslizante, hasta tapas de registro, alcantarillas, manchas de aceite o gasoil, pasos elevados, rejillas y demás lindezas que nos regalan nuestras calles. Evítalos siempre que puedas, esquívalos y pasa los pasos de cebra entre las líneas, entrénate a diario y así los días de lluvia conseguirás ahorrarte algún que otro susto.
SORPRESAS. En una ciudad hay muchas más situaciones de riesgo de las que puedes ver a simple vista. Muchas de ellas podrás evitarlas si no pierdes la concentración y actúas con antelación, así que piensa mal y acertarás. Ten en cuenta que circulando por una calle estrecha en un cruce el coche que se asome invadirá tu carril, uno con las luces blancas de marcha atrás saldrá sin haberte visto y evita siempre los ángulos muertos, anticipándote a posibles sorpresas conseguirás que lo que en un coche es un golpe de chapa, no pase a mayores sobre dos ruedas.
COLOCACIÓN. Una buena posición en la calzada es fundamental para prevenir riesgos innecesarios. Nunca circules pegado al coche que te precede, deja distancia suficiente y evita colocarte en el centro del carril para salvar un posible alcance, así podrás encontrar una escapatoria por los lados en caso de frenazo inesperado. No circules pegado a una fila de coches aparcados, cualquiera podría abrir de imprevisto la puerta y no tendrías capacidad de reacción. Cuando te detengas en un semáforo no lo hagas en el centro de un carril, hazlo a un lado, en caso de despiste del que venga por detrás así conseguirás que no te lleve por delante.
GLORIETAS. Una glorieta no es una curva más y es un error muy común «trazarla» como si de una carretera se tratara, buscando el carril interior aunque nuestra salida sea la primera. Lo primero es ceder el paso a los vehículos que ya se encuentren dentro de ella, y aunque tú estés circulando correctamente por ella, por el carril exterior, el que circula por tu izquierda, por el interior, se te puede cruzar al tomar su salida. Es el golpe más habitual en las glorietas y la culpa es siempre del que circula por el interior. Aunque tú tengas razón saldrás perdiendo, evita el riesgo dejándote ver y prepara el dedo en la bocina para hacerte notar.
LOS OTROS. Recuerda que no estamos solos y por lo general vamos rodeados de coches: vehículos más grandes, más torpes y más duros que nosotros. Ten en cuenta que eres poco visible y mucho más vulnerable, guarda las distancias y no olvides que pueden hacer «cosas raras», giros inesperados o posibles volantazos, ahí la prevención será tu aliada. Nunca adelantes un taxi o un autobús entre éstos y la acera, lo más seguro es que te topes con un peatón que sube o que baja.
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